domingo, 9 de mayo de 2010

Budd Dwyer


Hoy recordé a Budd Dwyer, el antiguo tesorero republicano de Pennsylvania que fue acusado de aceptar un sobornazo y se acabó suicidando en una rueda de prensa en el 87. Yo tenía diez años y recuerdo las imágenes en el NO-DO de la primera de tve. Creo que presentaba el telediario Concha García Campoy.

El día antes de que el tribunal que le juzgaba dictara sentencia, Budd convocó a la prensa. Hablaba y hablaba y cuando dejó de hablar repartió tres sobres a tres personas. Luego cogió una bolsa de papel y en vez de sacar una botella, sacó una pistola, se la metió en la boca y disparó. Siempre se declaró inocente.

Budd decidió matarse durante la rueda de prensa en vez de asumir que había cobrado un pasturrón bajo manga. Y alguien eligió que se mataría durante mi comida. Era jueves y eso significa que en mi casa estaba la Sra Maruja y también que comimos verdura y pescado. Los jueves venía la señora Maruja a mi casa y se comía verdura y pescado.


Así puedo afirmar que el tiro que Dwyer se disparó, metiéndose la pistola en la boca delante de toda aquella gente en el comedor de mi casa, sabía a patatas hervidas, a acelgas y a caballa a la plancha.

3 comentarios:

mono magnético azul dijo...

al principio me quedé de piedra, es muy impresionante, se te queda ahí revolviéndose, y luego chris durr me ha dicho: "thanks for fucking my day"

Muerto y Silencioso dijo...

¿Qué estábais comiendo?

mono magnético azul dijo...

nada, y durr me hablaba en broma, le dije quieres ver esto? estás seguro? puede que te joda el día, y él lo vio tres veces, una detrás de otra, heredero del gran himnotizador polaco que tuvo que huir por piernas en el siglo diecinueve tras un gran escándalo con mujeres himnotizadas, desnudas. su familia tuvo que cambiarse el apellido, ya nadie lo recuerda.
lo que hacíamos era editar vídeos, él quiere ser himnotizador también, se pasa horas tostado ante la pantalla, editando y editando, con mucha pasión. construlló una grúa de madera para manejar su cámara desde el carro, la parte trasera. él me llevó hace unos días al zoo, los canguros estaban sueltos, estuvimos una hora durminedo entre ellos, debajo de los árboles. mirar a un orangután encerrado a los ojos, durr compartía esa tristeza conmigo sin que le dijera nada... me imaginé este lugar abandonado, qué extraño es, con los turistas de su propio templo.