sábado, 12 de diciembre de 2009

El mal que hay en mí




No logro mantener a Satanás en vereda.
El mal no pacta,
el mal no dialoga.

El mal soy yo.

Y ese doler de día y de noche tan contínuo
tan hiriente.
Insistir en encumbrar
la parte podrida de las cosas
sólo puede llevarme
a la aniquilación.

Me entrego de un modo asquerosamente pragmático,
Instrumentalizo mi cuerpo para desaparecer.
Me entrego por completo a ellos
a todos ellos
doy la pulpa de mis huesos.

Ellos me devoran y yo siento el aire que pasa
por el vacío que dejan mis huesos al astillarse.
Es el ritual cotidiano para excitar el mal que hay en mí.
Lo hago para aniquilarme.
Lo hago para aniquilarme.

1 comentario:

Perro Muerto dijo...

El mal que hay en ti
me lo como yo
Devoro tu aura
Y me ahorco con las cuerdas de tu instrumento
una salta y me mella la cara