martes, 28 de septiembre de 2010

La ira, la rabia, el odio


Continúo perdiendo el control sobre mi ira. No soy capaz. Eso me desautoriza por completo a la hora de abordar cualquier conflicto. Necesito una distracción, algo que haga cosquillas en mi puta cabeza antes de que lo haga saltar todo por los aires.

Aquél hombre me miró y me hizo una seña. Se metió en el wc y yo tras él. No me gustaba ni nada. A un panadero no le tiene que gustar la señora que le compra una barra de pan y un par de madalenas. A una puta no le tiene que gustar el tío a quien se la va a chupar.

Es una especie de sometimiento consentido. O buscado (y desde luego encontrado). Luego llamaré a C. y le daré una buena sesión azotándole, insultándole y escupiéndole mientras le penetro con todas mis fuerzas.

El sexo se ha convertido en un lugar donde el equilibrio ya no existe, donde todo es excesivo. Un lugar donde la identidad salta por los aires, en el único lugar donde puedo ser yo y muchos a la vez. El único lugar donde la libertad para ser es absoluta.

Hace unos meses escribí que estaba perdiendo el interés por el sexo. Debí haber escrito que perdí el interés por un sexo. Me interesa cada vez más lo que está relacionado con el sexo, pero que no es el sexo. Lo circunstancial, lo contextual, lo semántico del sexo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Nada



Así que se trataba de esto...

Me quiero ir.

Lo real se ha roto
y lo concreto ha engordado
atróficamente,
como un tumor,
lo concreto ha infestado lo real
más allá del límite de tensión soportable.

San Michel Houellebecq,
decano de la catástrofe de lo real,
vidente del cáncer de lo concreto,

Cuius animam gementem
Contristatam et dolentem
Pertransivit gladius.


Me quiero ir.
Consultaré la idea con la almohada
aplicando tres dosis de sensatez.
Pero ahora me quiero ir...

Sancta mater, istud agas,

Crucifixi fige plagas

Cordi meo valide.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Dark room



Hay un lugar que es ningún lugar. Un lugar donde no eres nadie, donde puedes no ser nada.
Si la luz es lo que nos hace visibles, la oscuridad nos hace desaparecer.
La etimología de fascinar es latina: fascināre: encantar, y sus acepciones son preciosas:
1. tr. Engañar, alucinar, ofuscar.
2. tr. Atraer irresistiblemente.
3. tr. Hacer m
al de ojo.
El juego de las identidades me fascina y es una maldición.
Desaparecer desaparecer desaparecer:
«Je veux être poète, et je travaille à me rendre voyant : vous ne comprendrez pas du tout, et je ne saurais presque vous expliquer. Il s'agit d'arriver à l'inconnu par le dérèglement de tous les sens. Les souffrances sont énormes, mais il faut être fort, être né poète, et je me suis reconnu poète. Ce n'est pas du tout ma faute. C'est faux de dire : Je pense : on devrait dire : On me pense. —Pardon du jeu de mots—. Je est un autre. Tant pis pour le bois qui se trouve violon, et nargue aux inconscients, qui ergotent sur ce qu'ils ignorent tout à fait!» (1)
Je est un autre.
Y serlo.
Disolver el yo.
Desaparecer desaparecer.
La vida no está al margen. Yo soy yo y yo es otro al mismo tiempo.
¿Me duplico o me disuelvo? Quisiera saber eso.
Y avanzar en la nada.
Y avanzar hacia la nada.

Y soy amado,
allí soy amado como no lo soy en ningún otro lugar.
Cuando yo es otro en ningún otro lugar.


(1): Quiero ser poeta y me estoy esforzando en hacerme Vidente: ni va usted a comprender nada, ni apenas si yo sabré expresárselo. Ello consiste en alcanzar lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos. Los padecimientos son enormes, pero hay que ser fuerte, que haber nacido poeta, y yo me he dado cuenta de que soy poeta. No es en modo alguno culpa mía. Nos equivocamos al decir: yo pienso: deberíamos decir me piensan. —Perdón por el juego de palabras—. Yo es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín, ¡y mofa contra los inconscientes, que pontifican sobre lo que ignoran por completo!

lunes, 6 de septiembre de 2010

Desprecio. Expulsión



Hoy he amanecido con un sentimiento de profundo desprecio hacia todos los hombres.

Hacia todos.

Sé por qué, pero no me atrevo ni a pensarlo. De hecho mi cuerpo se está encargando de vaciarse de todo. Soy una bolsa llena de desechos. Un contenedor blando de materia fecal.

No hay nada que pueda hacer para mitigar esta necesidad de querer expulsarme a mí mismo de mi propio cuerpo.